Marilé Vendrell – Directora General

Directora General y Musicoterapeuta del Proyecto Orquesta Escuela Grillitos Sinfónicos

Marilé Vendrell es profesora de música, especializada en piano y oboe, y egresada de la carrera de Musicoterapia en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Desde su formación, ha estado comprometida con la música como herramienta educativa, terapéutica y social.

En 2003, fundó el Proyecto “Orquesta Escuela Grillitos Sinfónicos” en la ciudad de Posadas, Misiones, con el sueño de brindar a los niños y niñas la oportunidad de aprender a ejecutar instrumentos de orquesta desde pequeños. “Comenzamos con apenas cinco chicos, un violín, dos flautas dulces y unas latas de leche que hacían de instrumentos de percusión”, recuerda.

Hoy, el proyecto reúne a más de 400 niños y jóvenes que participan en distintos talleres musicales, formando casi una orquesta sinfónica completa. Este crecimiento fue posible gracias al esfuerzo colectivo: el compromiso de los instructores, el apoyo de las familias, los aportes de socios, eventos, subsidios estatales y colaboraciones con fundaciones nacionales e internacionales, incluyendo organizaciones del Paraguay.

Marilé destaca el valor del trabajo compartido: “Estudiando y con esfuerzo, los chicos demuestran que se puede lograr todo lo que uno se proponga”. Bajo su dirección, la Orquesta ha desarrollado proyectos interdisciplinarios junto a actores, cantantes, bailarines y grupos de circo. Además, organiza anualmente el Festival de Orquestas Infantiles de Posadas, y ha producido obras originales como el musical “Música Versus Silencio”, con guión, actuación, música en vivo e imágenes destinadas al público infantil.

Entre 2004 y 2012, el proyecto funcionó dentro de la Asociación Civil Misiones Musicales, que le brindó el marco legal necesario para crecer cuando hablar de una orquesta escuela en Posadas parecía una utopía. Hoy, Grillitos Sinfónicos forma parte de la Fundación Grillos.

Marilé reconoce que su visión sobre la música cambió radicalmente durante su formación universitaria: “En la UBA descubrí el valor educativo de hacer música con otros. La solidaridad, el respeto, la responsabilidad individual por el bien común. La música compartida no solo mejora el rendimiento: también une, divierte, acompaña y transforma vidas, incluso si uno no se dedica profesionalmente a ella”.

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